Vagamundos en La Habana
Desde que Cristobal Colón llegara al archipiélago cubano allá por 1492, la perla del Caribe ha experimentado un actividad frenética. La antigua colonia española
ha vivido revueltas de esclavos, ataques piratas, guerras contra ingleses,
criollos y americanos, república y dictadura.... Pero desde ese momento el 1 de Enero de
1959, cuando la revolución de los barbudos encabezada por Castro, Guevara y Cienfuegos
triunfó, parece que el tiempo se paró otorgando a la isla ese ambiente mágico
que vivimos hoy en dÃa al visitarla.
La primera vez que fui a La Habana la
familia anfitriona me recogió
en el aeropuerto en un Cadillac de los 60. Sonaba
salsa y son mientras entrábamos en la lúgubre y deteriorada,
acogedora y mágica zona vieja. Recuerdo haber vivido un inolvidable momento de
pelÃcula, por lo que recomiendo contratar este servicio en torno a los
30 CUC.
Un vez en la zona vieja hay infinidad de
cosas que ver y hacer: la catedral, plaza de armas, castillo del morro, museo
de la revolución y un larguÃsimo etcétera... La ciudad es muy segura y la zona turÃstica no muy extensa, asà que patearla es la mejor opción,
aunque también os podéis decantar por los bicitaxis.
En esta zona encontramos muchos y económicos "paladares": pequeños
restaurantes regentados por familias en sus propias casas ofreciendo la sabrosa
gastronomÃa local.
Colindante con la Habana Vieja encontramos
Habana Centro y sus señoriales palacetes. Según bajamos el paseo
el Prado desde el Malecón hacia el Capitolio (reproducido fielmente tomando como
referencial el de Washington DC) podemos apreciar las fastuosas edificaciones a
ambos lados de este "Paseo de la Castellana" a la habanera.
Recomiendo las vistas del Capitolio desde la
azotea del hotel Plaza Centro.
Entre Habana Centro y Vedado (barrio
residencial al estilo estadounidense) encontramos la plaza de la revolución presidida por la estatua de Jose MartÃ,
desde donde Fidel Castro daba sus famosos discursos, con las muy fotografiadas
caras del Ché
y Cienfuegos reproducidas en las fachadas de los
edificios ministeriales.
Si queremos playas exóticas, pero nuestro viaje se va a centrar en La Habana, no tenemos
que alejarnos mucho de la ciudad para disfrutarlas. A solo 30 minutos del
centro podemos visitar las "Playas del Este" que, pese a estar bañadas por el Océano Atlántico, nada tienen que envidiar a las caribeñas (situadas al sur de la isla).
Por supuesto no podemos dejar de visitar los
locales nocturno con música en vivo. Sitios como el Gato Tuerto o la muy de moda Fabrica
de Arte Cubano nos deleitaran con sonidos auténticos
de salsa y son mientras disfrutamos de un puro y un ron local.
Todo esto solo una pequeña muestra a modo e introducción
de la cantidad de cosas que se pueden hacer en esta icónica ciudad que deja al visitante enamorado de ella mientras se
despide con la promesa de volver pronto.
Fdo. Pipe Godoy
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