Entrevista Lorenzo Martín Maqueda
Un gran icono del Real de San Vicente que nace en plena guerra civil (cuando unos morían otros nacían), vive una niñez de posguerra, cartillas de racionamiento y estraperlo. Su cara es un libro abierto y el fondo de sus ojos refleja la pujanza de los hombres sabios.
No solamente has dejado huella en el pueblo sino también una sucesión ¿Verdad?
Creo que mi hijo ejerce mucho mejor que yo, está más preparado y tiene mayor don de palabra. Una persona que se entiende con todos, capaz de resolver los problemas de forma eficaz; “Yo era más radical, tenía confianza para solucionar las cosas”.
¿Qué año empiezas en el Real de San Vicente como Alcalde?
Empiezo en el año 1999, estuve hasta el 2003, año en que perdí las elecciones pero cuatro años después en el 2007 recuperé la alcaldía hasta que cedo el bastón de mando a mi hijo Jorge en el año 2015.
¿En todo este tiempo, que cambios has visto en el pueblo?
El pueblo ha cambiado bastante en muchos aspectos, en la forma de ser de la gente, la forma de vestir, antes estábamos chapados a la antigua en muchos sentidos.
Hablemos del campo… ¿Qué paso con el campo?
El campo es una ruina, precisamente desde los años 60 que tuve una fábrica de harina y con la migración del campo a la ciudad todo se vino abajo, ya lo ves cómo está todo. El cambio climático es enorme y los problemas con Medioambiente nos están condenando a ser un Parque Natural. La idea del parque natural me gusta, pero siempre con libertad para que la gente pueda priorizar las necesidades que tiene.
“No nos dejan de hacer nada, para mí no tienen ni idea de lo que es campo y como se podría llevar, en mi juventud se compaginaba el campo con todo.”.
¿Cómo conociste a tu mujer?
Tuve dos mujeres y por desgracia me quedé viudo a los 30, estuve con la primera siete maravillosos años, posteriormente me volví a casar y hace poco más de tres años me volví a quedar viudo. “Las he querido mucho”.
“Mi mujer era muy autodidacta, la dejaba hacer lo que quería, en el sentido de tener su libertad para emprender cosas”.
Esta aventura nueva que ha comenzado su hijo de hacer que el Real de San Vicente sea un sitio turístico donde se puedan ofrecer una serie de posibilidades como la gastronomía, entretenimiento y sobre todo de alojamiento, ¿Lo ves en un futuro cercano o lejano?
Hay una competencia enorme a nivel de todos los pueblos, es difícil pero por ello seguimos luchando día a día.
¿Crees que si quisieran los de arriba os solucionarían muchos de los problemas cotidianos con los que tenéis que convivir?
Creo que sí, para eso están y no para ejercer pasivamente viendo cómo pasa el problema delante de sus narices.
¿Te gusta tu pueblo?
Qué duda cabe, siempre he estado aquí y he tenido la oportunidad de salir fuera para ejercer mi profesión, pero finalmente me fui quedando en el pueblo y aquí sigo.
“Me ha gustado siempre vivir independiente”.
¿Cuál era la diversión o cómo disfrutabais durante vuestra juventud en el pueblo?
Como ahora, la gente joven siempre estaba dispuesta a irse de fiesta. “Íbamos a fiestas y bailes”. Ahora todo se ha estropeado un poco con las peñas de los pueblos, entiendo que salga más económico aunque no sé hasta qué punto.
Hablamos de aquellos años de postguerra…
Recuerdo que el año 1940 fue un año muy malo, un año que no llovió y había que racionar, consumíamos lo poco que había y muchos hacíamos conservas. “Una guerra civil es lo peor que puede existir en un país”.
Pasando un poco a temas de actualidad reciente, ¿Qué opinas de lo que está ocurriendo en Cataluña?
“Con todos mis respetos, creo que el gobierno no está actuando con contundencia suficiente, debemos dar un paso adelante y no permitir que hagan lo que los dé la gana”.
Carlos Bonilla Jiménez
No hay comentarios